Identificación biométrica. La seguridad del futuro
Desde la antigüedad la seguridad ha sido una de las preocupaciones vitales en la sociedad. Proteger y asegurar el acceso a recursos e información se hacía imprescindible para la supervivencia de las civilizaciones. Esta necesidad hizo que surgieran una serie de medidas que fueron evolucionando con el paso del tiempo y permitían solucionar este problema. Las contraseñas y las firmas fueron las primeras medidas que restringían el acceso ante intrusos. Sin embargo, estas no eran medidas que asegurasen todos los requisitos que debe cumplir una medida de seguridad robusta:
- No ser falsificable.
- No poder compartirse.
- Debe demostrar la identidad del usuario.
El control de acceso biométrico
Observando a la naturaleza, el ser humano descubrió en sí mismo la solución para este problema. Todos los seres humanos somos únicos e irrepetibles. Si conseguíamos ser capaces de registrar y verificar las características únicas e intransferibles de nuestro cuerpo, podíamos usar esto a nuestro favor y resolver este problema de forma definitiva.
De ese descubrimiento surgió la biometría (del griego bios vida y metron medida) y con ella los primeros sistemas de identificación biométrica:
- Huella dactilar.
- Reconocimiento de voz.
- Identificación de iris.
- Reconocimiento facial.
Cada uno de estos sistemas de seguridad biométrica garantiza, con distinto nivel de precisión, la identidad del usuario de forma unívoca, rápida y segura.
El vertiginoso desarrollo de las tecnologías de la información ha permitido que técnicas complejas y anteriormente costosas e inaccesibles tales como el reconocimiento facial o la huella dactilar empezasen a estar al alcance de nuestras manos, convirtiéndose sin apenas darnos cuentas en algo cotidiano. De nuevo, la tecnología al servicio de nuestra seguridad.
La rápida evolución y accesibilidad de la tecnología móvil ha hecho que prácticamente todos los smartphones actuales ya dispongan de alguno de estos sistemas de control de acceso biométrico.
¿Pero cómo funcionan estos sensores? ¿Cómo me aseguran que alguien no pueda falsificar mi identidad haciendo uso de ellos?
¿Cómo funciona la identificación biométrica?
Touch ID
Con Touch ID, Apple introdujo por primera vez un lector de huella dactilar en sus teléfonos iPhone para ser usado como método de identificación rápido, sencillo y seguro.
Haciendo uso de un sensor capacitivo en la parte inferior del dispositivo y junto con el uso del potente procesador del teléfono, este es capaz de reconocer de forma exacta y rápida la huella del usuario. Esto es así incluso ante pequeñas variaciones con la huella registrada debido a factores como el ángulo, giro o presión que se producen al pulsar el sensor con nuestro dedo.
Face ID
Con este lector biométrico, Apple quiso dar un paso adelante en la seguridad, rapidez y comodidad, e introdujo el reconocimiento facial en sus dispositivos.
El reconocimiento facial siempre ha sido más cómodo para el usuario, pero tradicionalmente presentaba un problema de seguridad muy importante. La imagen del usuario se captaba a través de una cámara y, por tanto, el sistema podía ser engañado. Si conseguíamos utilizar un video o fotografía de la cara del usuario a suplantar, este sistema de control biométrico podía dar erróneamente por válida la identificación.
¿Cómo solucionar este problema? Face ID introdujo como novedad, además de la videocámara, un sensor infrarrojo que proyecta una nube de miles de puntos sobre la cara del usuario y permite construir una representación tridimensional de su cara en el momento de la identificación. Combinando ambos sensores podemos asegurar dos cosas: la imagen recogida por la cámara es auténtica y corresponde a una persona real.
Mediante técnicas de aprendizaje automático avanzado, el procesador puede verificar la identidad de la persona, incluso ante pequeños cambios en su cara (uso de gafas, barba, etc.)
Los sensores biométricos: seguridad robusta en nuestros smartphones
Cada vez más y más aplicaciones hacen uso de estos sistemas biométricos, permitiendo hacer muchísimo más seguras operaciones como:
- Autenticación sin tener que introducir una contraseña.
- Verificación de nuestra identidad antes de realizar un pago.
Openbank ha incorporado la identificación biométrica para el acceso a su aplicación móvil, así como para los pagos móviles a través las plataformas de pago Google Pay y Apple Pay, que comentaremos próximamente en otro artículo.
Otra tecnología más a tu servicio que se traduce en más seguridad para ti y los tuyos.