Antes de preguntarnos si el Big Data invade o no la privacidad de las personas, vamos a explicarte qué es para que puedas entenderlo. Se trata de un método por el cual se recolectan muchos datos (a nivel masivo) a través de diferentes tecnologías, algoritmos o sistemas que los analizan aportando información de valor, es decir, se analizan muchos datos en un mismo sistema para sacar conclusiones. Por ejemplo, ¿cómo sería incorporar en una única herramienta información sobre las formas de ir a trabajar?

  1. Determinamos el alcance que vamos a analizar: ciudad, país, etc.
  2. Analizamos cómo va la gente al trabajo: andando, en bicicleta, en transporte público, en coche, etc.
  3. Sumamos información de qué rutas se utilizan frecuentemente.
  4. Añadimos información de valor: tipo de coche que conducen (hibrido, diésel, eléctrico).
  5. Añadimos horarios de salida y de llegada.

Una vez se recoge toda esta información, se introduce en un mismo sistema que lo analiza automáticamente. Se pueden sacar conclusiones, por ejemplo, sobre atascos, mejores alternativas para llegar al trabajo, cuánto dinero se gastan los empleados en ir a la oficina e incluso información sobre la contaminación en el ambiente. Las variables y conclusiones pueden ser muy amplias.

Lo idóneo al analizar un gran volumen de datos es que exista transparencia en el uso de esta información y que los datos se anonimicen.

¿Para qué sirve este análisis masivo de datos?

Se le puede dar diferentes usos, dependerá de la finalidad de cada tratamiento. En el ejemplo anterior podría ser para ofrecerte nuevas rutas para que optimices tu tiempo en ir a la oficina, y así ahorrar más dinero o incluso reducir la contaminación ambiental.

Las empresas pueden utilizar esta información para ayudar a interpretar que quieren sus clientes, dándoles un mejor servicio y atención y ofreciéndoles productos y servicios adaptados a sus necesidades. En el sector bancario, se podría utilizar esta información para poder analizar riesgos de la entidad, por ejemplo para evitar posibles fraudes o analizar en qué gastan el dinero sus clientes para hacerles ofertas personalizadas.

¿Invade el Big Data la privacidad de los clientes?

Como todo tratamiento de datos personales, debe ser analizado previamente y examinar qué datos se van a utilizar, por qué y para qué. Hay que actuar dentro de las expectativas razonables del interesado para proteger a los usuarios y que su intimidad no se vea afectada. Por ejemplo, con encriptación, seudonimización, separación funcional, transparencia u oposición al tratamiento.

Lo idóneo para garantizar la seguridad en Big Data es que exista transparencia en el uso de esta información y que los datos se anonimicen. Para ello es necesario que todas las áreas involucradas realicen un análisis de evaluación de impacto, es decir, saber qué medidas técnicas y organizativas serán implantadas para asegurar que los usuarios no puedan ser identificados. Pero también es necesario hacer evaluaciones periódicas para garantizar la privacidad de los usuarios. Evidentemente, esta supervisión debe ser constante, ya sea reforzando los principios de privacidad de los datos o realizando auditorías que nos garanticen que estamos cuidando los datos de los interesados.

¿Tienes alguna duda sobre privacidad? ¿Quieres que hablemos de algún tema en nuestra próxima nota? Escríbenos a privacy@openbank.es. ¡Estamos aquí para escucharte y resolver cualquier duda que tengas!


Publicado el 10 de septiembre de 2019