Hemos despedido el año 2020, un año que tardaremos en olvidar por el impacto humano, social, emocional y económico que ha dejado en nuestras vidas. Hayamos o no sufrido directa o indirectamente la enfermedad, la pandemia nos ha cambiado la vida a todos y sobre todo ha modificado la forma de comunicarnos y la manera en la que hemos pasado a entender la comunicación gestual y las relaciones interpersonales.

Ciberrelaciones

Ya sea en el ámbito profesional donde se ha impuesto el teletrabajo en todas aquellas profesiones que lo permiten, o bien en el ámbito personal, todos hemos pasado a comunicarnos mayoritariamente de forma online. En marzo de 2020, la palabra con mayor crecimiento de búsquedas en Google1> ha sido videollamada. Durante marzo y abril de 2020, las plataformas Teams y Zoom ganaron 12 millones de usuarios nuevos, con días de hasta 44 millones de conexiones2>.

Las ciberrelaciones impiden el contacto físico y poder visualizar el cuerpo entero de nuestros interlocutores, pero permiten ver nuestra cara mucho más cerca y durante más tiempo. Y eso significa estar en contacto directo con las emociones básicas que se expresan siempre a través del rostro: la alegría, la tristeza, la sorpresa, el desagrado, el miedo, el desprecio o el enfado han quedado más al descubierto y, por tanto, podemos apreciarlas con mucha más nitidez al observar a nuestros interlocutores. Las manos o el tronco habitualmente acompañantes de nuestro discurso verbal a penas se aprecian en las conexiones online y pasamos a contrastar intuitiva e inconscientemente las palabras con expresiones faciales, lo que las convierte en más veraces.

Distancia personal

2020 sin duda fue el año de la proxémica, o la distancia personal. Desde la antropología, el investigador intercultural Eduard Hall3> estableció en 1968 los diferentes tipos de distancia asociados a cada relación, entre ellas la distancia social situada entre 1,5 y 2 metros, y que se utilizaba habitualmente para las relaciones de poca profundidad emocional, con personas conocidas, pero sin relaciones afectivas. Durante 2020 ha pasado a ser la distancia obligatoria en cualquier tipo de relación presencial, incluso ha pasado a denominarse "distancia de seguridad", y ha sido la distancia pública obligatoria en las relaciones entre familiares y amigos, cuando las que solíamos utilizar anteriormente para interactuar en esta faceta de nuestra vida eran la distancia personal o la íntima, situadas en un rango entre 15 y 45 centímetros.

Esta distancia ha afectado a los saludos, sin contacto físico o con elementos muy poco sensibles de nuestro cuerpo como los codos. Lo que en Comunicación No Verbal se denomina zonas duras.

Hemos aprendido a saludar con inclinaciones de cabeza, con contacto visual o con gestos muy universales y emotivos como la mano en el corazón.

Uso de mascarillas

Además de la distancia, hay un nuevo elemento de protección, primero recomendable y luego de uso obligatorio en la comunicación presencial:la mascarilla.
Hemos pasado a comunicarnos con el rostro parcialmente tapado con la consecuente dificultad que supone no sólo no poder visualizarlo completamente (especialmente elementos tan importantes como la boca), sino también obstáculos añadidos de pronunciación y escucha. Para algunos colectivos como sordomudos o tartamudos, se ha convertido en una gran barrera comunicativa.

Pese a todo esto, las mascarillas también han permitido centrar mucho más nuestra atención en los ojos, tanto en su morfología como en la mirada, y esto es muy importante, porque los ojos son auténticos protagonistas del lenguaje no verbal. A través de ellos manifestamos nuestra atención y atracción (pupila dilatada) como nuestra aversión o falta de interés (pupila contraída). La dirección de nuestra mirada es la dirección de nuestro interés, y hemos aprendido también a valorar la sonrisa auténtica o sonrisa Duchenne1> que está en los ojos. Una sonrisa sin cierre parcial de los ojos y sin pliegues laterales o arruguitas en el contorno no es una sonrisa que conecte con la felicidad o alegría cerebral verdadera, sino que, en Comunicación No Verbal, la denominamos sonrisa social.

Y aunque es un año que no quisiéramos repetir, ha sido un año de grandes cambios, algunos permanecerán durante mucho tiempo y otros seguro que han ayudado a conocernos mejor y también a encontrar nuevas vías de comunicación.

Recuerda, no podemos no comunicar.


Publicado el 22 de diciembre de 2020

1>Fuente Google Trends
2>Fuente Reuters https://www.reuters.com/article/us-microsoft-tech/remote-work-during-coronavirus-outbreak-puts-millions-more-on-microsoft-teams-idUSKBN21629D
3>https://elpais.com/diario/2009/08/11/necrologicas/1249941601_850215.html