El sistema financiero, y más concretamente el sector bancario, han vuelto a estar de actualidad estas últimas semanas. Problemas como el de la entidad americana Silicon Valley Bank han hecho que vuelvan a la palestra cuestiones que parecían olvidadas, como la no deseada crisis de liquidez en el sistema bancario. Pero empecemos por el principio para saber qué ha sucedido.

¿Qué es una crisis de liquidez y por qué es importante?

Esta situación se produce cuando varias entidades financieras no disponen de efectivo o capacidad de convertir en efectivo sus activos disponibles para afrontar sus pagos (vencimientos de la deuda, necesidades de inversión, requerimientos regulatorios, entre otros).

Normalmente, suele comenzar por problemas de algunas entidades de forma individual, lo que puede llegar a conducir a una situación de estrés en el sistema por falta de liquidez y desembocar en una crisis de liquidez generalizada1.

Aunque una crisis de liquidez puede darse en cualquier tipo de empresa, los bancos -por la naturaleza de su negocio- son más sensibles, ya que una parte de sus ingresos se generan a través de la concesión de préstamos a largo plazo, como los hipotecarios.

Pero, para entenderlo mejor, es necesario conocer el balance de un banco, que según detalla la CNMV es “un documento contable que indica la situación económica y financiera de una sociedad a una fecha determinada y que está compuesto por dos partes que han de tener idéntico valor: el activo (conjunto de bienes y derechos, que muestra en qué ha invertido una sociedad) y el pasivo (recursos propios y ajenos con los que se financia el activo, que reflejan el origen de los fondos para realizar inversiones)2.

En el caso de los bancos, las crisis suelen estar provocadas por problemas de solvencia y/o liquidez, que a menudo están relacionados. Por un lado, la insolvencia se produce cuando no pueden cumplir con sus obligaciones porque han sufrido pérdidas superiores a sus fondos propios y no pueden devolver el dinero a sus acreedores (por ejemplo, por unas tasas de morosidad superiores a lo esperado o por una depreciación de los activos en los que están invertidos mayor de la esperada). La crisis de liquidez se produce cuando el banco tiene que devolver demasiados pasivos y no tiene liquidez suficiente para hacerlo. Por ejemplo, si muchos clientes deciden retirar su dinero a la vez3.

El caso de Silicon Valley Bank

No tener liquidez para hacer frente a sus obligaciones es lo que le ha sucedido a Silicon Valley Bank. La entidad norteamericana se centraba en ofrecer servicios especialmente a empresas del sector tecnológico, de salud, y de vida (startups). Sectores – especialmente el primero- muy activos en los últimos años y cuyas empresas habían llevado a cabo rondas de financiación que les habían permitido captar dinero que en parte no habían utilizado y estaban depositados en cuentas del banco americano.

La entidad utilizó esos activos para invertirlos en bonos del Tesoro de EE. UU. cuando los tipos de interés se situaban al 0%, con el consiguiente riesgo de tipos de interés, sin realizar coberturas4. “Con las subidas de tipos realizadas por las Reserva Federal, los clientes demandan retribución en sus depósitos, pero los fondos están bloqueados en bonos sin rentabilidad a largo plazo que, si se venden, incurren en pérdidas ya que fueron adquiridos al 1,79 % de media y la venta ha de ser bajo la rentabilidad actual de entorno al 4 %”, detallan en el IEB4. Ante esta situación, el banco decidió ampliar capital, pero el mercado no se lo concedió. Esto alertó a los clientes, que solicitaron que se les devolviese su dinero, provocando que la entidad entrase en una crisis de liquidez y necesitase la activación de medidas por parte de los reguladores.

Una situación diferente a la de 2008

Esta situación -unida a las posteriores crisis de entidades como First Republic Bank o Credit Suisse- ha provocado que resurjan los temores de una gran crisis de liquidez, como la que se produjo en 2008, pero ahora la situación es muy diferente. Las autoridades han tenido una rápida reacción y, además, la solvencia del sistema bancario es mayor, ya que, tras aquella crisis, los reguladores (especialmente en Europa) tomaron medidas para incrementar la solvencia de las entidades y hacer que cuenten con colchones de liquidez.

Además, los diferentes episodios que hemos visto han sido en bancos con una situación muy particular: en el caso de Silicon Valley Bank, vimos una falta de control en el riesgo que podían suponer sus inversiones y, por otro lado, los clientes de este banco no estaban asegurados por el Fondo de Garantía de Depósitos estadounidense lo que hizo que sus clientes reaccionaran más rápido a la hora de retirar su dinero. Por otro lado, Credit Suisse era un banco inmerso en problemas de otra índole desde hace varios años y que estaba en proceso de reestructuración desde hacía meses, por tanto, dos casos muy alejados de la imagen global del sistema bancario. Por último, el activo de los bancos es hoy día mucho más sólido que en 2008, cuando las inversiones bancarias estaban depositadas en activos difícilmente valorables, lo que añadía un gran riesgo, sin embargo, hoy día las inversiones bancarias están principalmente en activos fácilmente valorables como son los bonos del Tesoro de EE. UU. por lo que no veríamos tampoco la gran incertidumbre que vimos en 2008.


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