Planear un viaje conlleva plantearse múltiples cuestiones: desde el destino a visitar hasta el presupuesto, pasando por las cosas que incluimos en nuestra maleta. Algo que no puede faltar en ella, y que además está muy ligado al desembolso económico que se va a realizar durante las vacaciones, es la tarjeta de crédito. Aunque a priori parezca una cuestión baladí, es totalmente lo contrario. Muchas tarjetas de crédito tienen asociados seguros y las condiciones y coberturas que incluye (o no) pueden marcar la diferencia en materia económica o solventar imprevistos y accidentes que se produzcan, por lo que es conveniente prestar atención a los detalles.

¿Qué ventajas puede aportarnos una tarjeta al viajar?

Por ejemplo, si se va a viajar con niños, una cobertura a tener en cuenta es la asistencia médica en el extranjero. Es habitual que los más pequeños de la casa se pongan enfermos a menudo y deban acudir al médico, una circunstancia que puede tener un coste elevado fuera de España.

Asimismo, si la escapada al extranjero se realiza a un país con una moneda distinta al euro, es necesario tener en cuenta las comisiones por cambio de divisa. Esto sucede tanto en la compra de billetes como en los gastos derivados por el uso de las tarjetas, o en retiradas de efectivo.

El medio de transporte utilizado es otro aspecto que puede marcar la elección de la tarjeta. Si el escogido es el coche, que cuente con un seguro de asistencia en carretera es importante, así como una póliza en caso de accidente.

Cuando el viaje es en avión surgen otros problemas. Uno de los más comunes es que el vuelo se retrase. Algunas tarjetas cubren este tipo de incidencias y en caso de que el retraso sea superior a un periodo determinado (normalmente a partir de las 4 horas), este seguro abonará una cantidad para realizar compras de urgencia como artículos de primera necesidad o comida.

Esta cobertura adquiere especial relevancia en el caso de que para llegar al destino final haya que realizar conexiones entre vuelos y un retraso implique que no se pueda realizar dicha conexión a tiempo. Especialmente si es entre compañías diferentes y tardan en asignar otro vuelo, el importe del seguro puede ayudar significativamente. Lo mismo sucede con el seguro de overbooking (se han comprado los billetes pero en el avión no hay plazas disponibles y no se puede viajar en el vuelo contratado) o el de cancelación. En caso de que se haya cancelado el vuelo y no se haya asignado otro en un determinado número de horas, también se recibirá una cantidad para los gastos que surjan.

La pérdida y el robo de equipaje es otro hecho que puede alterar bastante las vacaciones, ya que no tener las pertenencias al llegar al destino supone tener que realizar compras imprevistas en ropa y artículos de primera necesidad. Contar con estos seguros, que ofrecen un importe concreto para adquirir estos bienes, puede ser clave.

Poder realizar todas estas compras de forma segura es básico también. Que la tarjeta cuente, por un lado, con un sistema de avisos por los pagos realizados puede ayudar a darse cuenta de que la tarjeta ha sido robada y está siendo utilizada por otra persona, permitiendo anularla lo antes posible. Por otro lado, el seguro de garantía de compras puede ser otra gran cobertura si se van a comprar artículos de valor durante el viaje, ya que en caso de siniestro estarían asegurados hasta un límite concreto.

Por último, no hay que olvidar los aspectos básicos de cualquier tarjeta: las comisiones. Hay que fijarse en si para abrir la cuenta a la que va a estar asociada la tarjeta hay comisiones de apertura, cancelación y mantenimiento y si hay que tener otros productos contratados o algunos requisitos mínimos, como puede ser la domiciliación de la nómina.


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