Doom Spending: El enemigo silencioso de tu economía personal

En tiempos de crisis e incertidumbre económica, la ansiedad aparece y actúa como una fuerza poderosa que impulsa decisiones poco racionales. Más aún en lo relativo al dinero. En este contexto nace el doom spending, una tendencia creciente entre millennials y la Generación Z, y que es una amenaza para la salud financiera. Pero, ¿qué es exactamente? ¿Por qué se produce? ¿Y cómo debes proteger tus finanzas personales frente a él? A continuación respondemos a todas estas preguntas.
¿Qué es doom spending?
El término doom spending proviene del inglés y se traduce como "gasto por fatalismo". Describe la conducta de gastar dinero de forma impulsiva como respuesta a emociones negativas provocadas por la incertidumbre, las crisis, el miedo al futuro o el hastío. Lejos de ser una moda pasajera, refleja una desconexión entre la realidad financiera y las emociones.
Es posible que te hayas visto reflejado en este comportamiento. Tal vez en algún momento hiciste una compra impulsiva para aliviar el malestar tras una noticia preocupante o frente a un panorama económico incierto. Este tipo de decisiones, aunque comprensibles, pueden responder al fenómeno conocido como doom spending, que suele manifestarse con las siguientes características:
- Compras no planificadas motivadas por ansiedad o miedo.
- Sensación de alivio momentáneo tras gastar.
- Culpabilidad posterior por haber comprometido el presupuesto personal.
- Repetición del patrón en situaciones de estrés.
Ejemplos de doom spending frecuentes
- Comprar ropa de forma compulsiva tras leer noticias económicas negativas.
- Reservar viajes sin tener en cuenta la capacidad de ahorro.
- Gastar en tecnología de última generación sin necesidad.
- Pedir comida a domicilio con frecuencia ante la sensación de "no merece la pena cocinar".
Lo llamativo es que este patrón se ha popularizado especialmente entre los jóvenes, sobre todo, en la generación Z y entre los millennials. El motivo es que, al percibir un futuro incierto, adoptan la actitud de "mejor disfrutar ahora".
¿Por qué gastar dinero impulsivamente?
El fenómeno del doom spending no surge de la nada. Está directamente relacionado con factores psicológicos, sociales y económicos. Vivimos rodeados de estímulos de consumo, presiones sociales en redes y una percepción generalizada de crisis permanente. Por eso, es habitual caer en él por causas como estas:
- Estrés e incertidumbre económica. Ante situaciones como inflación, conflictos, desempleo o pandemias, muchas personas gastan como vía de evasión.
- Recompensa emocional instantánea. El acto de comprar libera dopamina, lo que produce una sensación momentánea de bienestar.
- Fatiga de decisión. Cuanto más agotado estás, más propenso eres a optar por decisiones rápidas y emocionales.
- Presión social y FOMO (Fear Of Missing Out). Ver a otras personas "disfrutar de la vida" en redes sociales puede empujarte a gastar más para no sentirte excluido.
En momentos de crisis, las decisiones racionales tienden a quedar en un segundo plano. Además, muchos jóvenes no ven posible ahorrar día a día para una vivienda o una pensión, por lo que optan por priorizar el presente.
Doom Spending vs gastos necesarios
Concretamente, distinguir entre un gasto necesario y un caso de doom spending puede parecer obvio, pero no siempre lo es. El problema es precisamente que este fenómeno tiene la capacidad de disfrazarse de urgencia.
Esta tabla comparativa de gastos según su necesidad te puede ayudar a la hora de combatir el doom spending:
Gasto necesario | Doom spending |
| Compra de alimentos básicos | Pedidos recurrentes de comida por aburrimiento |
| Pago del alquiler o hipoteca | Renovación constante de decoración del hogar |
| Reparación del coche | Cambiar de coche por capricho ante nuevas versiones |
| Compra de ropa de trabajo o por el clima | Compra impulsiva de moda tras una mala noticia |
| Formación profesional | Cursos comprados sin un objetivo claro |
¿Cómo el doom spending afecta a tus finanzas personales?
Decíamos que la tabla es de utilidad porque el impacto del doom spending va más allá de una simple reducción del saldo en tu cuenta. Este comportamiento puede debilitar la estabilidad financiera a largo plazo y dificulta cumplir objetivos importantes como ahorrar, invertir o saldar deudas.
De hecho, sus principales consecuencias económicas son:
- Descuadres presupuestarios. Los gastos imprevistos desequilibran la planificación mensual.
- Aumento de deuda. Recurres más a la financiación sin planificación para cubrir compras emocionales, por lo que la deuda crece.
- Menor capacidad de ahorro. Comprometes recursos que podrías destinar a imprevistos o a inversión.
- Pérdida de control financiero. Genera sensación de desorganización y ansiedad.
Si te reconoces en alguno de estos patrones, es momento de revisar cómo gestionas tus emociones y tu dinero. En Openbank tienes contenidos prácticos sobre qué hacer con el dinero ahorrado y cómo tomar decisiones financieras más conscientes.
El papel de la educación financiera en la gestión del dinero
Aparte, combatir el doom spending requiere algo más que fuerza de voluntad: es necesario fomentar la educación financiera desde edades tempranas. Aprender a manejar un presupuesto, planificar gastos o entender los efectos del interés compuesto...
En cualquier caso, estas estrategias son ideales para no gastar de forma impulsiva:
- Diseña un presupuesto emocional. Incluye una partida mensual para “caprichos” y así evitar la culpa o el gasto descontrolado.
- No compres por impulso. Aplica la regla de esperar 24 horas antes de adquirir algo no planificado.
- Usa medios de pago conscientes. Por ejemplo, las tarjetas prepago te ayudan a tener más presente cada gasto o opción de paga a final de mes de las tarjetas de crédito te ayudan a hacer “presupuestos de gasto mensual”.
- Lleva un registro de gastos emocionales. Identifica patrones que te lleven a gastar de forma automática.
Casos reales y recomendaciones para evitarlo
A continuación, te presentamos dos perfiles ficticios que ilustran cómo se manifiesta el doom spending y qué acciones concretas puedes aplicar para evitarlo:
- Laura, 28 años, freelance creativa. “Cada vez que suben los tipos de interés o veo malas noticias sobre el alquiler, me doy un capricho. Me digo que ‘para lo que me espera…’”
- Solución: Laura decidió automatizar una transferencia mensual del 10 % de sus ingresos a una cuenta de ahorro separada. También dedica más tiempo a estar mejor informada sobre opciones para su dinero en momentos difíciles.
- David, 35 años, asalariado. “Después de una semana difícil en el trabajo, suelo darme un homenaje: una cena cara, una compra online… Luego me arrepiento.”
- Solución: David sustituyó sus compras por recompensas no monetarias (una tarde de deporte, una serie, un paseo…). Así, aprendió a reconocer el impulso y canalizarlo de forma más saludable.
En resumen, el doom spending es un reflejo de cómo nuestras emociones y percepciones del futuro influyen profundamente en nuestras decisiones financieras. Detectarlo a tiempo ahorra consecuencias graves.
Una buena planificación y educación financiera, y adoptar unos hábitos conscientes te ayudan a tomar las riendas de tu economía incluso en los momentos más inciertos. Y, por supuesto, apóyate en recursos fiables como los de Openbank para dar los primeros pasos.