¿Te imaginas reducir la factura energética de tu casa al mínimo? Ese es uno de los conceptos que están detrás de las casas pasivas, que buscan elevar al máximo la eficiencia energética. Así se consigue ahorrar energía, cuidar el medioambiente y construir edificios más duraderos.

¿Qué es una casa pasiva?

Las casas pasivas son viviendas que se construyen siguiendo ciertos criterios de eficiencia energética y sostenibilidad. El objetivo final es limitar el gasto energético al máximo. En este sentido, su consumo puede llegar a ser un 90 % inferior al de una casa convencional.

El concepto de casa pasiva, o passivhaus, surgió en Alemania en 1988 de la mano de los profesores Bo Adamson y Wolfgang Feis, de la Lund University de Suecia y del Instituto de Edificación y Medio Ambiente de Alemania, respectivamente. Ambos crearon el tipo de estructura sobre el que hoy se basa el certificado passivhaus, que emite el instituto alemán del mismo nombre.

Y es que el término casa pasiva está ligado a esa certificación, que va más allá del certificado de eficiencia energética al uso. De hecho, una vivienda con una calificación energética A, normalmente, no podrá considerarse una vivienda pasiva.

Principios de las passivhaus

El certificado de casa pasiva es un estándar internacional que se basa en 5 principios básicos que circulan sobre una misma idea: preservar el calor de la vivienda y aprovechar al máximo los recursos naturales disponibles de forma que haya que usar la energía mínima indispensable para calentarla.

Para entenderlo mejor, piensa en la diferencia entre una cafetera y un termo. Una cafetera consigue calentar el café utilizando energía, mientras que el termo consigue mantenerlo caliente gracias al aislamiento que tiene.

Toda casa pasiva se basa en ese concepto, que cristaliza en cinco principios concretos:

  • Buen aislamiento térmico, de manera que el calor no se escape en invierno ni entre en verano.
  • Puertas y ventanas de calidad que ayuden al aislamiento. Las ventanas más usadas son las de PVC y aluminio con sistema de rotura de puente térmico, así como vidrios con varias capas y doble aislante.
  • Hermeticidad, de manera que la vivienda sea hermética y reduzca las pérdidas de calor o filtraciones de aire frío (o caliente) del exterior.
  • Usar recuperadores de calor y sistemas de Ventilación Mecánica Controlada, que son sistemas de ventilación que mezclan el aire del interior (ya caliente o fresco) con el del exterior. Así la casa está ventilada sin necesidad de abrir ventanas y con la temperatura y humedad óptimas para ahorrar energía.
  • Eliminar los puentes términos, que son puntos de la estructura por donde entra más fácil el frío o calor por el tipo de material que usa o porque está en contacto con el exterior. Las passivhaus eliminan estos puentes.

Además de estos cinco principios, el diseño de una casa pasiva también tiene en cuenta el entorno y la situación de la casa. Por ejemplo, la orientación solar de la casa (orientación sur en el hemisferio norte y viceversa), el color de fachadas y cubiertas, el viento o la propia composición de la vivienda (más compactas en climas fríos y dispersas en climas cálidos).

¿Y los materiales? El estándar de casa pasiva no incluye materiales concretos, ni tampoco diseños específicos. Sin embargo, sí que impone alcanzar una serie de consumos máximos que al final exigen utilizar materiales de calidad.

Requisitos de una casa pasiva

Para obtener la certificación passivhaus, una vivienda debe:

  • Tener una demanda energética inferior a los 15 kWh por metro cuadrado al año, tanto para calefacción como para refrigeración, frente a los 45 khW que marca, como mínimo, el Código Técnico de Edificación (CET) en España.
  • Tener una demanda de energía primaria menor a 120 kWH por metro cuadrado al año. Esta demanda suma el agua caliente y la electricidad, sobre todo.
  • Tener una hermeticidad inferior a 0,6 renovaciones de aire por hora.

Cualquier casa que cumpla estas condiciones se considera una casa pasiva, independientemente de su diseño o de los materiales que use.

¿Compensa construir una casa pasiva?

Por los principios arquitectónicos y los requisitos medioambientales, el concepto de casa pasiva se aplica sobre todo a viviendas de nueva construcción y a casas más que a pisos. Esto no quiere decir que un piso o un edificio entero no pueda conseguir esta certificación, simplemente puede suponer un desembolso adicional.

¿Cuánto cuesta una passivhaus? Hoy en día hay muchos modelos y precios para casas pasivas. Hay incluso empresas especializadas en viviendas pasivas prefabricadas con distintos diseños.

Según la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP)1, el coste adicional de una vivienda de este tipo es de entre un 3 % y un 8 % más que una convencional, siempre dependiendo del tamaño, un gasto que se amortizaría entre los primeros 5 y 10 años en función del tamaño de la casa y el consumo energético.

La arquitecta Miriam Mïmesis le pone cara en euros. Según sus estimaciones, para una vivienda de 150 metros cuadrados, el precio oscilaría entre 1.050 € y 1.100 € el metro cuadrado o 30.000 € más que una vivienda que cumpla con lo que dispone el CTE.

A cambio de ese gasto extra, el consumo energético pasará de 1.900 € al año a 190 €, un 90 % menos.

Además del ahorro en energía, los materiales de estas viviendas suelen ser mejores, igual que el aislamiento acústico, con lo que también pueden ser más confortables.

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Publicado el 10 de agosto de 2022

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