"Lo que tú sabes, mucha gente más lo puede saber. Lo que tú eres, nadie más lo puede ser."

La comunicación no verbal, o interacción personal sin palabras, influye en todas las facetas de nuestra vida, incluida la laboral, en la que puede ser un gran instrumento para mejorar de forma significativa nuestra imagen profesional.

Una de las situaciones laborales que más suele preocuparnos es la entrevista de trabajo, un momento que a veces provoca gran tensión. A los nervios de hablar de nosotros y de convencer de nuestras habilidades para desempeñar el puesto ofertado, se une el desafío de enfrentarnos una nueva organización, a un entrevistador que no conocemos y en un ambiente con el que no estamos familiarizados. El temor a equivocarnos, a ponernos demasiado nerviosos y, sobre todo, a que se note, a veces nos paraliza o, al contrario, nos moviliza en exceso.

En esta situación, además de tener muy presentes nuestra preparación, nuestra trayectoria y nuestra capacidad de adaptación y aprendizaje, conviene recordar que nuestro cuerpo puede ayudarnos a darnos seguridad, tranquilidad y confianza. Además, es fundamental tener presentes nuestras emociones y gestionarlas, no dejarnos atenazar por el miedo y suplirlo con confianza y agradecimiento por la oportunidad y experiencia vivida1.

¿Te has sentido así ante una entrevista de trabajo?

Consejos que pueden ayudarte

Intenta ser natural

Conecta contigo, con lo que te ha llevado a afrontar este proceso y con la motivación para iniciar este cambio profesional. Sé más tú que nunca, porque en caso de superar el proceso de selección, esa será tu nueva organización. Evita ser quien no eres con gestos o posturas que no van contigo y que no te definen.

La mirada al entrevistador es fundamental

Deja que te conozca y que conecte contigo. Eludir la mirada por miedo o nervios hace que se pierda la autenticidad e incluso puede hacerte parecer poco sincero. Además, evitará que te desconcentres con los elementos de la sala.

Evita esconder las manos debajo de la mesa

Las manos son tu segunda voz, apóyate en ellas para acompasar tus palabras, sin movimientos bruscos. Esconder las manos o tenerlas paralizadas traslada una sensación inconsciente de falta de transparencia. Por el contrario, moverlas en exceso, tocarte demasiado la cara, el cabello o la ropa, además de despistarte, pueden dar una imagen de falta de autocontrol que podría perjudicarte.

Intenta no exteriorizar la tensión

Temblores, especialmente los de piernas, además de dar mala imagen hacia tu interlocutor, pueden acrecentar tus miedos. Para evitarlos, ancla bien los pies al suelo, conecta con la seguridad que aporta la tierra y aprovecha para mantenerte erguido con la espalda y los hombros rectos y tanto tu cuerpo como tu cabeza dirigida hacia la persona con la que hablas.

Proyectar la voz también ayuda

Adecúa tu volumen al del interlocutor y el ritmo a la conversación, articula de tal forma que se te entienda y comprenda sin equívocos. Además de usar palabras claras, sencillas y expresiones concretas, también deben estar alineadas con una buena entonación evitando monotonía. No olvides que la forma en la que comunicas es tan importante como el propio contenido y que la voz delata el estado de ánimo.

Ten en cuenta la proxémica o el uso del espacio interpersonal

Este punto es importante tenerlo en cuenta a la hora de comportarse en una entrevista de trabajo. Encuentra tu espacio, ese donde puedes expresarte y sentirte cómodo. Sitúate sin contraer el cuerpo, pero respetando el espacio del interlocutor. Para adaptarte al espacio de la sala y el contexto, ten en cuenta que, según los estudios antropológicos de Hall, E.2, en los ámbitos profesionales y con personas la distancia óptima es de 2,5 m.

Tu apariencia debe identificarte

En comunicación no verbal es lo que se denomina "simbología diacrítica". Evita usar vestuario que no te represente o no forme parte de tu estilo habitual. En cuanto a los complementos, deben ser también fieles a tu estilo, pero no pueden ser tantos o tan excesivos que puedan llegar a distraer de la esencia de tu discurso. El protagonista eres tú, no tu aspecto. Tu estilismo debe potenciarte, no disfrazarte. Además, es un buen apoyo para sintonizar con la organización a la cual aspiras a incorporarte.

Ahora que ya lo sabes, para tu próxima entrevista de trabajo, prepara tu expresión corporal e imagen3 además de tu currículum y discurso. ¡Mucho éxito!


Publicado el 22 de septiembre de 2022

1Aran, G. (2015). Comunicación persuasiva en las entrevistas de trabajo. Editorial UOC.
2Hall, E. T. (1972). La dimensión oculta (Vol. 6). siglo XXI.
3Pease, A., & Pease, B. (2011). El lenguaje del cuerpo en el trabajo: claves para la comunicación no verbal. Profit Editorial.