En un mundo digitalizado con nuestros hijos criados entre pantallas, es esencial saber las claves para conocer el uso que hacen de ellas e inculcarles un uso responsable de la tecnología a través de controles parentales.

Es incontrolable. La digitalización se ha apoderado de todas las parcelas de nuestro mundo y nuestros hijos se están criando entre tecnología. ¿Cómo asegurarnos de que hacen un uso responsable y no se saltan nuestras restricciones y controles?

La tecnología ha invadido casi todos los aspectos de nuestra vida y la de nuestros hijos. Como miembros de la primera generación nativa digital, buscan respuesta a sus dudas, estudian y se relacionan en un entorno puramente virtual. De hecho, según un estudio de la Universidad de Zaragoza que ha incluido a más de 2.000 adolescentes de entre 12 y 17 años de la provincia de Huesca, los chavales pasan 6 horas y 12 minutos de media al día delante de una pantalla.

Aunque quizás lo peor de esta realidad es que no siempre podemos seguirles la pista en el vasto universo que se esconde tras una conexión a Internet. Por suerte, para ayudarnos a supervisar el uso que hacen nuestros hijos de la tecnología, existen herramientas de control parental. Vamos a explicarte en qué consisten y cómo utilizarlas.

¿Qué es el control parental?

Las soluciones de control parental son aplicaciones que nos permiten limitar el uso que hacen nuestros hijos de la red y de sus dispositivos en general. No importa si queremos intervenir su smartphone, tablet u ordenador, hay opciones para todos los casos, algunas multiplataforma.

En general, estas son las funciones más destacadas que nos ofrecen esta clase de herramientas:

  • Control de aplicaciones: Elige las apps que pueden utilizar y restringe otras, como las redes sociales, los navegadores o el Apple Store/Google Play.
  • Control de sitios web: limita el acceso a ciertos sites o por categorías.
  • Control del tiempo de utilización: gestiona el tiempo que pasan delante del dispositivo o de una aplicación.
  • Control de llamadas: restringe números salientes y entrantes.
  • Botón de emergencias: se trata de un botón del pánico que tu hijo podrá pulsar en caso de encontrarse en una situación en la que necesite ayuda.
  • Geolocalización: conoce en todo momento la ubicación del dispositivo de tu hijo.

Instalación

Por norma general, lo único que tienes que hacer para empezar a usar estos sistemas es instalar la aplicación de control parental en el dispositivo móvil u ordenador de tu hijo, registrarte y configurar sus funciones.

¿Cómo evitar que tus hijos se salten el control parental?

Como no podía ser de otro modo, aunque hay protocolos y aplicaciones informáticas para ayudarnos a restringir el uso que hacen de la tecnología, los más pillos siempre encuentran la forma de saltarse el control parental. El problema son las propias ineficiencias de estos sistemas, que deben competir con las “mentes más digitales” de la historia.

Un caso flagrante. La función Tiempo de Uso del iPad de Apple permite que tanto los mensajes como las llamadas funcionen sin restricciones por si la seguridad del usuario está en riesgo. Pues bien, algunos usuarios sometidos al control parental usan esta vía para interactuar con otras aplicaciones como YouTube.

Otro. Mediante el Acceso a Llaveros, aplicación de Apple que gestiona las contraseñas de tus páginas webs, se activa un navegador básico que se salta los controles cuando se intenta cambiar una contraseña.

Y un último caso. Desde la aplicación infantil Tom, los pícaros pueden entrar a YouTube a pesar de tenerlo limitado. El truco es redireccionarse mediante el explorador de la app a la aplicación de Youtube estándar.

Así que, contestando a la pregunta que encabeza este apartado, la única forma de evitar que tus hijos se salten los controles parentales es mediante la educación y la supervisión. José Ramón Ubieto, autor del libro Del padre al iPad, afirma que “la sociedad ha perdido la confianza en la figura del padre (...) para dársela a los gadgets tecnológicos”, pero la responsabilidad de inculcar buenos hábitos digitales en los más jóvenes sigue estando en nuestras manos.