Lo que decimos siempre importa, pero todo aquello que no decimos y mostramos a través de nuestra expresión corporal no solo importa, sino que también impacta. De hecho, lo hace de la forma más potente posible, la inconsciente, aquella muy poco racional y no explicable, pero que queda en nuestro registro emocional, ese que guarda lo que sentimos y sobre todo lo que nos hacen sentir.

Nuestra imagen y, por tanto, lo que comunicamos con ella, es fundamental en todas las facetas de nuestra vida. Sin embargo, es especialmente trascendente en la esfera profesional, donde no solo es importante lo que sabemos, sino también cómo lo demostramos a través de nuestro comportamiento. En el ámbito laboral es fundamental dar sensación de control, de seguridad y de confianza, y para ello podemos contar con nuestro cuerpo como un gran aliado.

Sabemos, porque la ciencia lo ha demostrado, que lo que sentimos se refleja en nuestro cuerpo, y cada vez se está estudiando más la influencia de nuestras posturas y expresiones en nuestro cerebro y en las sensaciones internas. Un ejemplo es el estudio de investigación de la Doctora Amy Cuddy sobre las posturas de poder, y que desarrolla en su libro El poder de la presencia1.

Hay gestos muy simples que pueden ayudarnos a nuestro favor y aprovechar su influencia.

Convierte tu mirada y tu sonrisa en tus aliados

En primer lugar, tenemos dos aliados imprescindibles. Por un lado, nuestra mirada, reflejo de nuestra alma y de nuestras emociones profundas. Mira a los ojos sin miedo. No hay mayor conexión ni más auténtica que la que se produce cuando miramos a los ojos de forma directa a los demás. El segundo aliado es nuestra sonrisa. La sonrisa es toda una declaración de intenciones y también un punto importante de generación de empatía. Es difícil no devolver una sonrisa.

Toma conciencia de tu cuerpo, ¡y contrólalo!

Existen además unas pautas posturales concretas que pueden ayudarnos, como la seguridad que nos aporta enraizarnos al suelo con nuestros pies o el control corporal que supone erguir nuestra columna y abrir el pecho.

Otro punto de anclaje importante es ocupar nuestro espacio con los brazos y ser expansivos, por supuesto sin invadir, para obtener y trasladar fuerza y mejor imagen personal. Y, sobre todo, evita proteger el pecho con manos y brazos.

Un aspecto fundamental es la flexibilidad en nuestras articulaciones. Tanto desde la psicología como desde la antropología insisten en que un cuerpo tensionado equivale a una mente tensionada2.

En nuestros gestos, seamos positivos y transparentes. No solo nos ayudará en nuestra imagen externa, sino que nos reforzará también mentalmente.

Tu cuerpo siempre te ayuda, optimiza su potencial.


Publicado el 24 de enero de 2022

1Cuddy, A. J., Wilmuth, C. A., & Carney, D. R. (2012). The benefit of power posing before a high-stakes social evaluation. Harvard Business School working paper series# 13-027.
2Rodriguez, M., & Mennelli, Y. (2018). Introducción: La corporalidad en cuestión. Alcances teóricos, metodológicos y políticos de la antropología del cuerpo en la actualidad.