Nuestra cabeza manda, pero no solo hablamos de nuestro cerebro, el director de orquesta de nuestro cuerpo y controlador de toda nuestra vida -emociones, movimientos, pensamientos y capacidad cognitiva-, también responsable de nuestra memoria y, por supuesto, el órgano que registra, filtra y procesa todo lo percibido por nuestros sentidos.

Además de todo esto, nos referimos físicamente a los movimientos de nuestra cabeza. En comunicación no verbal se llaman planos de cabeza y denotan, de forma mayoritariamente inconsciente, cómo es nuestra intención real, esa que no solemos manifestar verbalmente, esa inestimable información que no recibimos desde la conciencia racional pero sí desde la emoción.

En definitiva, los movimientos de nuestra cabeza delatan información valiosísima sobre nuestros propósitos. La comunicación no verbal lo resume con dos axiomas: adonde apunta tu cabeza está tu objetivo y adonde se acerca tu cabeza está tu intención.

Movemos mucho la cabeza en nuestra vida cotidiana, mucho más de lo que pensamos, Prioletto1 dice que lo hacemos 660 veces a la hora, y además, todos somos potenciales observadores de los movimientos de las personas de nuestro entorno tanto en la vida personal, profesional, afectiva, así como en las múltiples interacciones de la vida cotidiana. Así lo indica Knapp,2 que incide en que recibimos millones de instrucciones, aceptaciones, negaciones, refuerzos, rechazos, respaldos, llamadas de atención y afirmaciones de todos que nos rodean sin intercambiar una sola palabra. Se trata de una comunicación que pasa desapercibida y que podemos hacer no solo visible, sino consciente poniendo un poco de atención.

La Sinergología,3 disciplina que se centra en el estudio de los gestos y posturas, incide en que cabeza y cuello concentran 54 posiciones de las más de 2.000 combinaciones gestuales de todo el cuerpo, aunque existen 3 planos principales:

  1. Plano sagital, es el movimiento vertical de cabeza hacia arriba (sagital alto) o hacia abajo (sagital bajo). La cabeza alta está unida a pensamientos futuros, a pensamientos con horizontes temporales largos, es el predominante de la gente muy visual y está emocionalmente correlacionado con una autoestima alta. La cabeza baja, con la barbilla tocando casi el pecho, es un movimiento unido a personas, momentos y situaciones más emocionales donde es necesaria más conexión con el corazón, a pensamientos más rumiativos presentes y pasados, y a estados de ánimo de recogimiento.
  2. Plano rotativo, es el movimiento horizontal de cabeza, asociado al movimiento de negación o también de lado a lado, muy unido a situaciones de control y alerta, y por tanto de máxima atención. Es también el plano predominante de gente auditiva y muy mental.
  3. Plano lateral, donde hay un movimiento lateral de cabeza hacia los hombros, (oreja sobre hombro), es el plano de la confianza. Ladeamos la cabeza ante situaciones o personas con las que nos sentimos confiados y ante los que somos confiables. Por ejemplo, es la postura de las fotos con personas que queremos. Podemos saber cómo es la relación de dos personas por cómo apuntan lateralmente sus cabezas.

Adicionalmente a todo lo anterior, la Sinergología afirma que nuestra cabeza puede ser un pequeño detector de mentiras, ya que asocia los movimientos incoherentes de cabeza, como asentir mientras decimos no a través de la palabra o negar cuando afirmamos verbalmente, con incoherencias, inconsistencias y posibles engaños4.

Cada día interactuamos con personas conocidas y desconocidas de múltiples entornos, personas que inconscientemente reciben de nosotros mucha información y de la que recibimos referencias muy valiosas. Nuestra comunicación no verbal puede servir para generar confianza, atención, interés, afirmar, reafirmar y confirmar de una forma sencilla y muy práctica, pero también todo lo contrario y esto es especialmente relevante en ambientes laborales donde la comunicación es muy social y con mucha gente, en su mayoría poco conocida. Así que pon atención porque podemos usar la cabeza como una gran aliada en el ámbito profesional y como un recurso útil que posibilita el entendimiento, favorece la comunicación, ayuda a resolver conflictos y facilita las relaciones personales.

No olvidemos que podemos acompañar nuestros movimientos de cabeza con sus dos grandes aliadas: mirada franca, frontal y a los ojos, y la sonrisa auténtica.

Recuerda: tu cuerpo habla por ti. No podemos no comunicar.

1Prioletto, M. (2010). Incidencia de la cervicalgia de origen no articular en las actividades de la vida diaria
2Knapp, M. (1999). Comunicación no verbal. Paidós.
3Turchet, P., & Setas, J. A. A. (2011). El lenguaje del cuerpo:(la sinergología): conoce a tu interlocutor a través de sus gestos y posturas. Mensajero.
4¿Es posible descubrir por gestos cuándo nos están mintiendo? - cincodias.elpais.com