Cuando una persona ingresa en el mundo laboral, llega el momento de negociar cuál será su salario. Y es ahí donde debe saber qué le están ofreciendo en cada momento, ya que no es lo mismo el dinero que cobra a final de mes que el que realmente está ganando. Por ello resulta fundamental conocer la diferencia entre salario bruto y neto.

Diferencia entre salario bruto y salario neto

El salario bruto y el salario neto son dos conceptos claves cuando hablamos de compensación laboral, pues cada uno representa una perspectiva diferente sobre el ingreso de un empleado.

Salario bruto

Por un lado, el salario bruto se refiere al total de remuneración que el empleado acuerda con su empleador antes de deducir cualquier impuesto o contribución. En otras palabras, es la cantidad total que un trabajador ganaría si no se hicieran deducciones. Generalmente, las empresas tienden a negociar teniendo en cuenta el salario bruto anual, puesto que no da lugar a equívocos –después hay otros aspectos del contrato que también habrán de tenerse en cuenta–.

Salario neto

Por otro lado, el salario neto es el dinero que el empleado recibe después de deducir impuestos, contribuciones y otras deducciones obligatorias del salario bruto. Por lo tanto, podríamos decir que es lo que realmente ingresa y lo que le servirá para sus gastos del día a día. En este caso también hay que mencionar algunas situaciones en las que las empresas empleadoras negocian con los trabajadores teniendo como referencia el sueldo neto mensual. Esto resulta más sencillo de entender, ya que se habla del dinero que realmente llegará al bolsillo del futuro empleado. Sin embargo, puede dar lugar a equívocos a la hora de conocer las retenciones o el pago de impuestos. Por lo tanto, lo mejor será siempre negociar con el salario bruto anual.

La importancia de distinguir el salario bruto y el salario neto

Como se puede apreciar, la diferencia entre sueldo bruto y sueldo neto es sustancial, ya que, por poner un ejemplo, no es lo mismo tener un salario bruto de 21.000 € que uno neto por esa misma cantidad. Si así fuera, en el segundo caso las ganancias serían mucho mayores para el empleado. Por esta razón, cuando una persona va a negociar el sueldo que recibirá a cambio de su fuerza de trabajo, debe tener muy claro si lo que le ofrecen es bruto o neto.

Deducciones en el salario bruto

Como hemos visto, la principal diferencia entre salario bruto y neto se halla en las cantidades que paga la empresa y que recibe el empleado. De hecho, cuando nos preguntan por lo que ganamos, solemos contestar la cifra que recibimos en nuestro banco, cuando la realidad es que el sueldo mensual incluye otras deducciones que no solemos considerar pero que también forman parte de nuestro salario. Ambas cifras deben aparecer en la nómina que la empresa proporciona al trabajador cada mes.

Respecto a estas deducciones, hay que apuntar las siguientes:

  • IRPF. El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas debe estar incluido en el salario bruto de un trabajador. La empresa retiene una parte del salario para pagar este impuesto al gobierno, de manera que el empleado después no tiene que acometer este pago al completo cuando realice la Declaración de la Renta. En este escenario, es importante fijarse en qué porcentaje del salario está destinado al IRPF. Si es elevado, probablemente la declaración será negativa, es decir, saldrá “a devolver”. En cambio, si es muy bajo, es muy posible que el trabajador deba pagar cuando realice este trámite anual.

  • Seguridad Social y otros beneficios. Las contribuciones a la seguridad social, como el seguro de salud, la jubilación y el desempleo, también pueden deducirse del salario bruto. Asimismo, en algunos casos puede haber otras deducciones obligatorias, como pensiones y seguros.

Importancia para los empleados

En definitiva, entender la diferencia entre el salario bruto y el salario neto es fundamental para la gestión financiera personal de cada trabajador, tanto para los gastos mensuales, como para otras contingencias, como el pago de impuestos o incluso la posibilidad de despido.


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