“La gestión de nuestras emociones no solo nos hará más felices, también nos hará sin duda más exitosos” Daniel Goleman, Catedrático de la Universidad de Harvard y autor del libro La Inteligencia Emocional.

Una emoción es una respuesta biológica, automática e inevitable, con gran componente químico y que siempre tiene una expresión corporal. Es decir, no es posible no emocionarnos y, como dice Rafael Bisquerra, experto en emociones y Catedrático de la Universidad de Barcelona, a lo largo de nuestra vida vamos a sentir todas las emociones y en todos los grados posibles1.

Pero, además, emocionarnos permite conocer gran cantidad de información que se esconde tras esa respuesta repentina, es una alerta que sirve para conocer qué es lo que realmente nos sucede. Por tanto, la función fundamental de las emociones es avisarnos de que algo nos está pasando. Dice Pablo Fernández Berrocal Catedrático de Psicología de la Universidad de Málaga y director del Laboratorio de emociones que las emociones son las únicas capaces de decirnos de verdad qué nos pasa2.

Según Daniel Goleman, identificar qué mensaje nos está revelando cada una de las emociones3 es la clave para gestionarlas correctamente. Esta premisa es fundamental porque las emociones afectan a la persona en todas las esferas de la vida.

¿Emociones en el mundo laboral? Sí, también

Para Goleman, la inteligencia emocional no solo nos hará más felices, sino también más exitosos, más resolutivos, más empáticos e incluso nos hará triunfar, no solo personal y socialmente, sino también profesionalmente.

Una parte de sus investigaciones sobre emociones se ha centrado en el ámbito de la empresa4, donde destaca especialmente el papel de los líderes empáticos, esos que son capaces de detectar la emoción de sus colegas y empleados y saben interactuar conforme a ella.

Vamos a desgranar qué información se esconde detrás de las seis emociones básicas, esas que son universales, innatas, adaptativas, que todos los seres humanos expresamos de la misma forma y que nos han ayudado a evolucionar como especie.

¿Qué sentimientos se encuentran detrás de cada emoción?

Miedo: es la emoción que nos alerta de amenazas, su naturaleza es protectora y por tanto útil. Sin embargo, pierde su utilidad cuando ese peligro no es real, sino proyectado por nuestra mente.

Tristeza: esta emoción nos da información de pérdidas, su intensidad va unida a la importancia de aquello que hemos perdido. No hay tristeza sin pérdida y es muy raro que una pérdida no traiga consigo la emoción de tristeza.

Enfado: es una emoción asociada a límites. Nos enfadamos cuando sentimos que se han rebasado nuestras líneas rojas, es una emoción muy útil para saber cómo nos situamos frente a los demás y denota, a veces, nuestra falta de límites o la solidez para ponerlos y mantenerlos.

Asco: es la emoción más primaria de todas, la más unida a nuestras sensaciones corporales. Se manifiesta cuando algo nos produce rechazo, pueden ser alimentos, animales… pero también conductas y actitudes.

Sorpresa: es una emoción neutra porque produce agrado o desagrado dependiendo de la persona y situación. Es una emoción muy breve de gran intensidad y que nos sitúa en una situación de descontrol o de afrontar lo desconocido.

Alegría: es una emoción positiva que nos produce satisfacción y disfrute. Se genera especialmente en momentos y situaciones que nos suceden y por cosas que adquirimos. Va unida fundamentalmente a logros y también a encuentros.

Reconocer las emociones es una gran habilidad en todas tus relaciones y también en los equipos de trabajo donde personas muy distintas deben aunar esfuerzos para conseguir objetivos comunes. Llegar a una meta de forma armónica, sacando lo mejor de cada persona, es posible en gran medida gracias a la identificación de las emociones individuales en cada momento, entender las necesidades del otro, sus búsquedas de apoyo y sus tiempos y espacios óptimos para que las cosas funcionen mejor.

La escucha activa es la capacidad de atender lo que muchas veces no se dice con palabras pero sí se expresa con gestos y actitudes.

Recuerda, descifrar la información que revelan tus emociones no solo es una gran fuente de conocimiento y bienestar, también ayuda a mejorar tus resultados.


Publicado el 28 de febrero de 2022

1Bisquerra Alzina, R., & Escoda, N. P. (2007). Las competencias emocionales.

2Berrocal, P. F., & Pacheco, N. E. (2005). La Inteligencia Emocional y la educación de las emociones desde el Modelo de Mayer y Salovey. Revista Interuniversitaria de Formación del profesorado, 19(3), 63-93.

3Goleman, D. (2012). Emotional intelligence: Why it can matter more than IQ. Bantam.

4Goleman, D. (2018). Inteligencia emocional en la empresa (Imprescindibles). Conecta.