La semana pasada pudiste ver la primera parte de este artículo. Si no has tenido la ocasión de leerlo, aquí lo tienes: Fábulas para el inversor moderno I.

Cómo hacer frente a los riesgos de la inversión.

Invertir es una actividad llena de oportunidades de caer en malos hábitos, ir descarrilando o de tomar decisiones por razones equivocadas. Ser consciente de las trampas que nos tiende el comportamiento irracional, así como de las tentaciones que se le brindan al inversor imprudente, es el primer paso para evitarlos.

Los Siete Pecados Capitales fueron mencionados en las primeras enseñanzas del cristianismo para hacer a sus seguidores conscientes de los vicios innatos del hombre – lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia.

Vamos a aplicar Los Siete Pecados Capitales al mundo de la inversión en multiactivos, señalando las prácticas más comunes a los inversores con el fin de evitar seguirlas y así conseguir rendimientos estables a largo plazo para nuestros clientes.

5. Ira. La diversificación es la clave para estar tranquilo, incluso en mercados volátiles

Imagina que los mercados están cayendo en picado, las perspectivas son pésimas y todo el mundo está vendiendo. Pero, si tu cartera está diversificada adecuadamente, estás como en un oasis de calma. Hay casos extremos en los que la mayoría de activos ha caído en bloque (la crisis financiera de 2008), pero por lo general se trata de altibajos. Si la renta variable baja y se recortan los tipos de interés, tu exposición a renta fija probablemente se mantendrá estable. Por contra, si la inflación parece que va a subir, la exposición a renta variable y materias primas te podría beneficiar, aunque tu cartera de bonos pierda.

La ira junto con la imprevisibilidad de los mercados puede resultar desalentadora. La asignación a activos de buena calidad y poco correlacionados sigue siendo la protección más inteligente.

6. Envidia. Imitar al índice es la peor forma de adulación

“Abrazar los índices” es un pecado cardinal del inversor “activo”. Este comportamiento irracional, especialmente entre los inversores profesionales, es motivado en gran parte por el miedo. Después de todo, si sigues tu índice de referencia, por lo menos no te pueden despedir si tu cartera presenta peores resultados.

El pecado asociado es la pereza y la falta de creatividad. Significa que sólo inviertes en activos que se han comportado bien en el pasado, en lugar de aquellos que podrían hacerlo en el futuro (los valores solo entran al índice tras un periodo de buen rendimiento y salen después de un periodo de bajo rendimiento).

Cuando se trata de construir una cartera, ignorar un poco o totalmente los índices, invirtiendo en aquellos valores que ofrecen el mejor potencial de rentabilidad a largo plazo con un riesgo acorde, puede ser una buena idea. Esto te proporciona la libertad de invertir en lo que realmente valoras – sin la obligación de invertir en algo simplemente porque forma parte del índice.

La rentabilidad de las estrategias modernas de multiactivos se juzga no contra un índice relativo del mercado, sino contra el concepto tangible y absoluto de un retorno sin riesgo – como la liquidez pura y dura. Para muchos inversores con aversión al riesgo, es un índice de referencia al que merece la pena batir.

7. Soberbia. Antes de una caída siempre hay un exceso de confianza

Es un instinto de supervivencia del humano ser demasiado confiado – según una encuesta de una revista de psicología sueca, el 93 % de los motoristas americanos afirmaron que sus capacidades para conducir eran "mejores que la media".

La tendencia natural de confiar demasiado en nuestras propias capacidades es fatal para los inversores. Les lleva a tomar decisiones basadas en información errónea, sobreestimar la exactitud de sus predicciones y creer que no son propensos a los mismos errores que los demás. Como consecuencia, los inversores presumidos suelen cometer los mismos errores una y otra vez.

Además, la gente sigue presumiendo aun cuando han cometido errores que manifiestan su falta de juicio. En estas circunstancias, las personas suelen culpar a elementos que no pueden controlar. Por lo tanto, cuando una cartera sube, el inversor seguramente dirá que es porque él lo hace muy bien.

Pero cuando cae, probablemente culpará a los acontecimientos imprevistos.
Como sea que te valores y sea tu autoestima, destinar más tiempo a preguntarte por qué podrías estar equivocado, en lugar de buscar argumentos a favor de por qué no lo estás, te podría dar mejor resultado.

Conclusión

La visión retrospectiva es algo maravilloso – especialmente en los mercados, donde el instinto y la emoción suelen dominar al sentido y la lógica.

Esperamos que este documento resulte útil a todos aquellos que toman decisiones de inversión y que, de vez en cuando, les ayude a recordar que es bueno parar, meditar y reflexionar antes de tomar cualquier decisión.

Ser un inversor “ejemplar” constituye, sin duda, un desafío. Exige resistir a comportamientos impulsivos, no dejarse distraer por el ruido del mercado, llevar a cabo un riguroso análisis y mantener la calma y la racionalidad independientemente de las condiciones de mercado.

Pero armado con el conocimiento de los pecados a evitar, esperamos que logres cultivar estos buenos hábitos de manera más fácil.

La rentabilidad pasada no es un indicador de rendimientos futuros; el valor de las inversiones y los rendimientos generados pueden caer o subir y sus clientes pueden recibir menos que el importe invertido.


Publicado el 19 de febrero de 2020

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Ilustraciones realizadas por John Devolle

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