La educación financiera es una necesidad y, al mismo tiempo, una asignatura pendiente para muchos de nosotros. No en vano, a través de ella aprendemos a manejar y afrontar nuestros gastos del día a día, el valor de tener capacidad de ahorro y, por supuesto, la importancia de canalizar dicho ahorro y obtener rendimientos. Por eso, si conseguimos que los niños la adquieran desde edades tempranas tendremos mucho recorrido ganado. Y no es una tarea tan complicada como pueda parecer a priori. Hay algunos métodos que nos pueden ayudar a enseñarles conceptos básicos y que aprendan el valor del dinero y la importancia del ahorro. Uno de ellos es el conocido como "método de las cuatro huchas".

Aplicando este método intentaremos que, además de aprender determinados conceptos, los niños conviertan la rutina de ahorro en un hábito y continúen haciéndolo cuando sean mayores.

En concreto, el método de las cuatro huchas, que en inglés también se conoce como método GISS1 (Give, Invest, Save, Spend – donación, inversión, ahorro y gasto), es una especie de adaptación para los más pequeños del Método de Harv Eker2, que defiende Nancy Phillips, creadora de The Wela Way3, un repositorio de recursos para enseñar habilidades financieras a los más pequeños. Mientras que el método "original" divide los gastos diarios y lo que debemos destinar al ahorro en seis categorías, la versión infantil lo simplifica a cuatro para facilitarle la tarea a los más pequeños de la casa. No obstante, evidentemente, estas categorías se pueden adaptar a cada caso, tanto la partida en sí, como el porcentaje que se destina a cada una de ellas.

¿Cómo se aplica el método de las cuatro huchas?

Antes de empezar a aplicar el método, lo primero es definir los "ingresos" que recibirán los niños. Es decir, la paga que se les dará para que puedan partir de esa cantidad inicial. A continuación, se definirán las categorías y la cantidad que deberán aportar a cada una, que puede ir variando en función de la edad del niño y los gastos que puedan afrontar (para un niño de seis años, por ejemplo, los gastos pueden ser comprar golosinas, pero para un adolescente pueden incluir ir al cine con sus amigos). También es recomendable que, sobre todo cuando son más pequeños, la paga la reciban en metálico4, porque para ellos es más fácil aprender el valor de algo tangible y, si es posible, que tengan una hucha para cada categoría, de forma que sea más sencillo distinguirlas.

Las categorías y los porcentajes que plantea el método son las siguientes:

Gastos (50 %)

Mientras que para un adulto aquí se incluirían el pago de la vivienda o la alimentación, para el niño los gastos suelen ser más banales. En su caso, se incluirían en esta partida, caprichos como la compra de golosinas, entradas de cine, una merienda con los amigos, etc., en función de la edad del niño. De esta forma aprenden el valor del dinero y que no se puede adquirir todo lo que quieren ya que, normalmente, son los adultos los que les compran lo que piden y ellos creen que el dinero es infinito y que no cuesta ganarlo. Asimismo, si compran algo que no les gusta o no es como ellos se habían imaginado, también aprenderán que hay que ser selectivos a la hora de gastar el dinero.

Ahorro (25 %)

Generar un hábito de ahorro desde pequeños es clave, pero para que los niños lo aprendan lo más fácil es que se marquen metas que les permitan afrontar gastos más "ambiciosos", como la compra de un juguete, una bicicleta, un videojuego o un ordenador. Es posible que, en ocasiones, a mitad del ahorro cambien de objetivo o que incluso se cansen al ver que no lo alcanzan tan rápido como les gustaría, pero así también aprenden la importancia de ser constantes en el ahorro.

Invertir (15 %)

Esta partida es la más complicada para los niños más pequeños ya que se trata de un concepto abstracto que al principio no comprenderán5. Esta partida debe aplicarse de manera gradual e intentar explicarles que, si se invierte, su dinero podría incrementarse e introducirles conceptos como qué es la rentabilidad. Asimismo, las entidades disponen de productos de ahorro para los pequeños, como la Cuenta de Ahorro Open Young en el caso de Openbank, que facilitan el acceso a que los niños incrementen su ahorro.

Donativos (10 %)

La solidaridad es algo que los niños también pueden aprender desde la infancia y que contribuye a que sean más generosos, por lo que destinar una partida pequeña a este concepto puede ser relevante. Evidentemente, las donaciones tendrán que realizarlas los adultos en su nombre, pero les ayudará a ser conscientes de que pueden ayudar a los demás o contribuir a causas solidarias.

En resumen, la aplicación de este método hará que los niños aprendan sus primeros conocimientos financieros, pero que, además, tengan que tomar decisiones a corto y largo plazo decidiendo en qué gastan su dinero, para qué lo ahorran, y que aprendan lo que cuesta "ganarlo". Esto contribuirá a que adquieran el hábito de ahorro y que cuando sean mayores sepan gestionar sus finanzas personales.


1 How to Teach Your Children Effective Money Management using the “GISS Method” | LinkedIn
2 El método de ahorro de Harv Eker que divide tus ingresos en seis partes | Futuro a Fondo
3 Teach Your Children About Finances Using The GISS (Give, Invest, Save, and Spend) Method | LinkedIn
4 A Powerful Framework to Teach Kids about Money - Money Coaches Canada
5 How to Teach Your Children Effective Money Management using the “GISS Method” | LinkedIn

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