Quien más y quien menos ha escuchado hablar de la inflación, ya que se trata de un término que aparece constantemente en los medios de comunicación para señalar, según el Banco de España, "el crecimiento general del nivel de precios de consumo en una economía"1. Sin embargo, hay un tipo de inflación menos conocido y que comenzó a emplearse por primera vez en 1970 a partir de una contienda bélica que involucró a varios países productores de petróleo. Hablamos de la inflación subyacente.

¿Qué es la inflación subyacente?

La crisis del petróleo de 1973, a raíz del descenso de producción y del aumento de los precios por parte de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), hizo que se disparase el precio del crudo, lo que ocasionó un aumento de los costes del sector industrial y del transporte2. Fue entonces cuando se creó el término “inflación subyacente” con el objetivo de eliminar del índice de precios los correspondientes a los hidrocarburos y otros elementos cuyos costes resultaran más volátiles.

Así pues, se podría decir que la inflación subyacente es una medida más específica de la inflación general. A diferencia de la inflación total, que incluye todos los bienes y servicios, excluye ciertos elementos que pueden distorsionar la percepción real de la tendencia inflacionaria, lo que además puede afectar a todo tipo de inversiones.

En otras palabras, la inflación subyacente elimina componentes que tienden a experimentar fluctuaciones extremas, como pueden ser los alimentos no elaborados (como frutas, verduras, etc.) o la energía (gasolina, gas, electricidad, etc.). De este modo, se intenta obtener una visión más clara de cuál es la tendencia de la inflación. Y claro está, es un indicador muy tenido en cuenta por los bancos centrales a la hora de fijar su política monetaria.

¿Cómo se calcula la inflación subyacente?

Mientras que la fórmula de la tasa de inflación se calcula utilizando un índice de precios, el cálculo de la inflación subyacente pasa por aislar los efectos transitorios y volátiles. Así pues, en primer lugar, es necesario identificar los bienes y servicios que cumplen esas características. Como hemos apuntado, los alimentos no elaborados y las materias primas energéticas son los candidatos más comunes para su exclusión, ya que sus precios pueden estar influenciados por factores externos como el clima y la geopolítica. Una vez "eliminados", el siguiente paso es realizar el cálculo del índice de precios de la inflación subyacente. Esto aportará nuevos datos a los analistas, de manera que puedan investigar mejor cómo está comportándose el mercado.

En este sentido, un ejemplo de inflación subyacente podría ser el siguiente. El conflicto en Ucrania en marzo de 2021 dispara el precio de los productos energéticos, aumentando progresivamente el índice general y la subyacente, como se ve en el siguiente gráfico:

Fuente: INE

¿Para qué sirve la inflación subyacente?

De este modo, los analistas controlan mejor los movimientos del mercado y son capaces de evaluar las diferentes tendencias a medio y largo plazo. Y es que la inflación subyacente proporciona una visión más precisa de la verdadera presión inflacionaria. De hecho, los responsables de la política monetaria de un estado pueden utilizar la inflación subyacente como guía para ajustar las tasas de interés y estabilizar la economía.

"Los precios de los alimentos no elaborados y la energía se excluyen del IPCA (Índice de Precios de Consumo Armonizado en la zona Euro) para obtener la denominada inflación subyacente, que permite una mejor aproximación de cómo se comportarán los precios en el medio o largo plazo", explica al respecto el Banco de España3, mostrando de este modo la diferencia entre la inflación general y la subyacente, así como la importancia que ha adquirido esta última para el análisis de los mercados.


1Qué es la inflación | BdE
2Crisis del petróleo de 1973
3Cómo se mide la inflación | BdE

Este artículo ha sido redactado sin ánimo de exhaustividad y con efectos meramente informativos, sin que el mismo suponga ningún tipo de asesoramiento o recomendación por parte de Open Bank, S.A. Para confirmar la información acuda a fuentes de información oficiales o consulte con un profesional. Open Bank, S.A. declina cualquier responsabilidad por la emisión del presente artículo.