Buscar una nueva vivienda siempre supone una aventura. En la mayoría de los casos, antes de elegir la que será la nueva residencia personal o familiar, se visitan varios inmuebles hasta decantarse por uno, y aun así suelen quedar dudas de si se habrá elegido correctamente o no. Especialmente, si la casa se va a adquirir en propiedad. Y es que para encontrar la casa "ideal" de cada persona no existe una fórmula matemática, lo que sí existen son algunas pautas para que hallarla esté un poco más cerca, o al menos, para intentar equivocarnos lo menos posible. Por ello, veamos qué hay que tener en cuenta al comprar una casa.

Presupuesto, requisitos y localización

Lo primero es saber con cuánto presupuesto contamos. En el caso de la compra de vivienda, tendremos que analizar varias cosas: de qué capital inicial disponemos para dar una hipotética entrada (ya que algunas hipotecas no se conceden por el 100 % del importe de la vivienda), cuánto podemos destinar al pago del préstamo (porcentaje del sueldo) y, dentro de las posibilidades de cada uno, cuánto se quiere gastar.

El siguiente paso es hacer una lista con los requisitos que queremos que tenga la vivienda. Aquí cuanto más explícitos seamos, más posibilidades habrá de dar con lo que realmente buscamos. E incluso podemos hacer una lista de aspectos imprescindibles y otra de lo que podríamos considerar extras. En este apartado incluiremos aspectos como el número de dormitorios o cuartos de baños que necesitamos, si queremos que esté reformada o no, que tenga terraza, trastero o piscina, entre otros. Pero también es positivo incluir aspectos que, aunque a priori puedan no figurar en el anuncio de la vivienda, sí es conveniente comprobar y preguntar por ellos cuando se visita una casa como, por ejemplo, el estado de las tuberías, la eficiencia energética, el coste de la comunidad, si hay alguna derrama, etc.

Tras contar con nuestra lista de especificaciones, algo esencial que hay que tener en cuenta al comprar una casa es definir el emplazamiento de la vivienda. Es decir, acotar la zona o zonas en las que nos gustaría vivir para reducir el espacio de búsqueda y por consiguiente las viviendas a seleccionar.

Vías de búsqueda

Con todo esto, comienza la parte más difícil, y es ponerse manos a la obra. Es decir, a buscar; y para ello debemos considerar todas las posibilidades que tenemos a nuestro alcance. Básicamente, en la actualidad, tenemos dos vías principales. Por un lado, acudir a una inmobiliaria y exponerles nuestro caso para que sean ellos quienes nos muestren una selección de viviendas que, en base a los requisitos, nos podrían encajar. Optar por esta vía puede hacernos incurrir en costes adicionales, ya que hay que abonar los honorarios de la inmobiliaria, pero también puede facilitarnos algunos trámites, como el papeleo, y suelen conocer el mercado en profundidad1.

Otra posibilidad, que no excluye la anterior, es buscar directamente por internet en los portales de vivienda. En este sentido, podemos crearnos una alerta de búsqueda con los criterios elegidos y estar al tanto de los nuevos anuncios que se publican. Eso sí, aquí seremos nosotros los encargados de contactar con el vendedor (particular o agencia) si queremos visitar el inmueble y, si se avanza en el proceso, de continuar con los trámites. En este caso, también seremos cada uno de nosotros los encargados de informarnos acerca del mercado y de averiguar, por ejemplo, si la vivienda que nos gusta está en el rango de precios que se está pidiendo en la zona.

Las búsqueda de viviendas es uno de los pasos más importantes que hay que tener en cuenta al comprar una casa.

Armoniza y anota tus impresiones

Una vez preseleccionadas las viviendas que nos gustan y concertadas las visitas, empieza el "maratón" de ver inmuebles. Algo que puede ayudarnos a tomar la decisión final es ir anotando nuestras impresiones según vemos las casas, ya que después de ver varias podemos comenzar a confundir unas con otras. Además, si estas anotaciones las hacemos siguiendo un esquema de pros y contras y cumplimentando un check list de nuestros requisitos, esto homogenizará nuestra clasificación y puede que nos facilite la toma de una hipotética decisión final.

Así, por ejemplo, podemos descartar de un vistazo las viviendas que menos requisitos cumplan y quedarnos con las que sí nos interesen de verdad y pasar a una siguiente fase, que puede incluir, por ejemplo, otra visita para fijarte más en profundidad en aspectos concretos, como los acabados (que en una primera visita pueden pasar más desapercibidos), las zonas comunes del edificio, la plaza de garaje, los alrededores de la vivienda, ver el inmueble con otra luz (en función de la orientación recibirá más luz por la mañana o por la tarde, etc.). Y, por supuesto, esta fase también puede implicar comenzar la negociación del precio de algunas viviendas, ya que en algunos casos los propietarios están dispuestos a rebajar el precio. Este puede ser uno de los últimos filtros, ya que si no logramos ajustar el importe a nuestro presupuesto o a lo que consideramos que es su valor, habrá que desestimarla.

Si, por el contrario, lo conseguimos, tendremos que reducir la lista (si no se ha hecho previamente) y la fase final comenzará cuando nos hayamos quedado con una sola vivienda en nuestra lista y realicemos una oferta en firme por la vivienda, pero para ese entonces ya tendremos que estar seguros de que hemos elegido el inmueble que deseamos y entonces comenzará un periodo de búsqueda de financiación, trámites legales, etc.

Esperamos que gracias a este artículo ya sepas qué hay que tener en cuenta al comprar una casa y puedas ponerlo en práctica en tu próxima adquisición.

¡A por tu casa!


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