En el momento de contratar un préstamo, la persona o entidad que lo formaliza se compromete al pago de unas cuotas periódicas en las que se incluye tanto el capital concedido, como una serie de intereses que dependerán de las condiciones que ofrezca la entidad bancaria. Para amortizar esta operación existen varias opciones, aunque en la actualidad la más habitual es el sistema de amortización francés.

¿En qué consiste el método francés de amortización?

Este modelo propone al prestatario –la persona que solicita y contrata el préstamo– cuotas periódicas constantes. Esto “significa que la cuota a pagar (capital amortizado + intereses) será igual durante la vida del préstamo, salvo cuando se revisa el tipo de interés en las hipotecas de tipo variable” .
Son precisamente las hipotecas los productos bancarios en los que más se utiliza el sistema de amortización francés. Y no es de extrañar, puesto que los préstamos que se solicitan para adquirir un inmueble suelen implicar una elevada cantidad de dinero que se devuelve a muy largo plazo. En este sentido, la amortización francesa propone un sistema de cuotas más cómodo que otros modelos1.

No en vano, tal y como expone el Banco de España en la cita superior, la cuota mensual siempre es la misma en caso de que se conceda un tipo de interés fijo. Y si es variable, las cuotas se mantendrán invariables hasta que se produzca la revisión del índice de referencia – en la mayoría de los casos el euribor- según lo establecido en cada escritura de préstamo (las entidades bancarias suelen establecer revisiones semestrales o anuales).

¿Cómo se calcula la amortización en el sistema francés?

Para calcular la amortización, existe una fórmula para el préstamo francés que no es demasiado complicada, ya que solo entran en juego los siguientes factores: el capital prestado, el tipo de interés anual (ya sea fijo o variable) y el número de períodos. De ese modo, se averigua cuál es la cantidad que el prestatario o deudor ha de pagar mensualmente. Obviamente, “cuanto más largo sea el plazo, sin variar las demás condiciones del préstamo, las cuotas serán más bajas pero los intereses totales serán mayores”2.

Cabe señalar que si la principal ventaja del sistema de amortización francés es que las cuotas son constantes –lo que aporta un mejor control de las finanzas personales–, también se encuentra una desventaja importante, y es que los intereses del préstamo se incluyen en las primeras cuotas que se abonan. Esto puede dar la sensación de que no se está reduciendo el capital adeudado ya que es en las cuotas finales cuando únicamente se devuelve el préstamo, pues todos los intereses han sido abonados.

Sea como fuere, cuando se necesita una determinada cantidad monetaria siempre es recomendable acudir a un comparador de préstamos y créditos, dado que no todos los bancos ofrecen las mismas condiciones, aunque opten por el método francés de amortización.

¿Cuál es el mejor sistema de amortización?

Hay que apuntar que el modelo francés no es el único, aunque sí el más habitual y el que suelen emplear las entidades bancarias. Otro sistema de amortización que se utiliza es el sistema de amortización alemán.

En este caso, la amortización del capital es siempre fija y la parte correspondiente a los intereses comienza siendo muy elevada para ir disminuyendo según avanza la vida del préstamo. Es decir, la amortización del capital es siempre constante, mientras que los intereses disminuyen con el paso de las cuotas mensuales.

Además del francés y el alemán, cabe destacar el americano, en el que todas las cuotas son constantes y muy bajas (solo se abonan los intereses), excepto la última, que es cuando se paga todo el capital prestado.

Sobre cuál es el mejor sistema de amortización, no hay una respuesta única, ya que son más o menos utilizados dependiendo del tipo de préstamo que se solicita y de la razón de este.


1Cuota hipotecaria - Cliente Bancario, Banco de España
2Plazo de amortización - Cliente Bancario, Banco de España

Este artículo ha sido redactado sin ánimo de exhaustividad y con efectos meramente informativos, sin que el mismo suponga ningún tipo de asesoramiento o recomendación por parte de Open Bank, S.A. Para confirmar la información acuda a fuentes de información oficiales o consulte con un profesional. Open Bank, S.A. declina cualquier responsabilidad por la emisión del presente artículo.

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