Imagínate una casa nueva a tu medida, donde puedes escoger materiales, complementos, acabados e incluso supervisar la construcción. Y todo a un precio inferior al que pagarías por una casa de obra nueva. Esa es, en esencia, la promesa de una cooperativa de viviendas, un modelo de construcción y compra de vivienda que ha crecido un 70 % en los últimos cinco años1.

¿Qué es una cooperativa de vivienda?

Es una forma de acceder a una casa nueva a un coste más reducido, además de tener voz y voto sobre el proceso de construcción. Una definición más exacta de cooperativa de vivienda es la de una asociación sin ánimo lucro entre personas con el objetivo común de ser propietarios de una vivienda con la mejor relación calidad-precio posible2. Al final, una cooperativa de vivienda es la unión de personas para construir sus propias viviendas, es decir, adjudicárselas a los socios.

Las cooperativas de vivienda están reguladas por la Ley 27/19993 con carácter general, aunque cada comunidad autónoma suele contar con su propia legislación al respecto.

Diferencia entre una promoción y una cooperativa de viviendas

Una cooperativa une a particulares y, en ocasiones, a empresas que quieren construir viviendas y encargarse de todo el proceso para tener al final su propia casa. Una promotora es una sociedad especializada que se encarga de construir y vender directamente viviendas. En una promoción, el promotor es quien asume los riesgos de la operación y de la construcción, en una cooperativa son los socios quienes lo hacen.

Características de las cooperativas de vivienda

Las propiedades de las cooperativas tienen que ver mucho con sus ventajas y desventajas. Las más importantes son las siguientes:

  • Sin ánimo de lucro. El principal objetivo de una cooperativa es adquirir una vivienda (no para venderla normalmente).

  • Ahorro de costes. Una de las mayores ventajas de la vivienda en cooperativa es el ahorro. Construir una casa en régimen de cooperativa es entre un 20 % y un 30 % más barato que comprar la casa a la promotor4. La razón es que ninguno de los socios tiene fines comerciales y normalmente todos buscarán el precio más justo. Además, como la propia cooperativa es la promotora, se elimina esta figura de la ecuación.

  • Es más transparente, ya que como socio participas en todo el proceso, desde la compra de suelo hasta la elección de materiales o la distribución de la vivienda y de las zonas comunes.

  • Eliges las calidades de la vivienda. Los socios pueden elegir si quieren mejorar las calidades de las viviendas.

  • Las decisiones se toman por consenso y con la participación de todos los socios.

  • El socio hace de promotor y asume los riesgos. Sin duda alguna es el gran riesgo de una cooperativa. Al ser tú el promotor, cualquier aumento en los costes de construcción, retrasos o impagos de otros socios los tendrá que asumir la cooperativa. En una promoción pactas un precio cerrado y la promotora asume estos imprevistos.

¿Cómo funciona una cooperativa de viviendas?

El funcionamiento de una cooperativa es relativamente sencillo. En esencia, es una sociedad donde los socios toman las decisiones. Para ello se estructura en torno a una asamblea general que reúne a todos los socios donde todos tienen voz y voto. En esa asamblea se deciden las calidades a incluir, distribución de zonas comunes y todo lo que tiene que ver con el proyecto, así como la aprobación de las cuentas anuales y del informe de gestión.

Dentro de toda cooperativa también existe un consejo rector, que es quien se asegura que se cumple con la ley y los estatutos de la sociedad. A este se añade un comité de recursos, que no es una figura obligatoria, pero sí muy útil en caso de haber algún conflicto entre socios.

Por último, está la gestora, que puede o no existir, y cuya labor es la de montar la cooperativa. Las gestoras de la cooperativa son empresas expertas que se encargan de buscar suelo y de crear el proyecto al que van sumando socios cooperativistas.

¿Qué tengo que hacer para entrar en una cooperativa de vivienda?

Una de las características de las cooperativas de casas es que tienen un régimen de libre adhesión y de baja voluntaria.

¿Qué quiere decir esto? Que para entrar en una cooperativa hace falta que haya plazas libres o que uno de los socios de la cooperativa quiera dejarte su plaza. Del mismo modo, para abandonar la cooperativa necesitarás encontrar a alguien que cubra tu plaza o abandonar el proyecto dentro del plazo que peritan los estatutos.

El proceso de adjudicación en el régimen de cooperativa de viviendas funciona por orden de inscripción. Si todas las viviendas ya han sido adjudicadas, sólo se podría alcanzar la condición de socio cooperativista si, una vez apuntado en la lista de espera, alguien decidiese retractarse.

¿Qué pasa con la financiación final?

Como cooperativista tendrás que realizar una aportación inicial y después una serie de pagos durante el tiempo que duran las obras. Finalmente abonarás lo que quede por pagar, para lo que normalmente firmarás una hipoteca.

Hay cooperativas que se encargan de negociar opciones para todos los socios, pero siempre puedes buscar tu propia fórmula. En este sentido, la hipoteca Open te ofrece tres opciones de préstamo a tipo fijo, variable y mixto con condiciones adaptadas a tus necesidades.


1La vivienda cooperativa despega en España: crece un 70% en cinco años | Ejeprime
2Guía del socio cooperativista de viviendas, pág 2 | Comunidad de Madrid
3Ley 27/1999, de 16 de julio, de Cooperativas
4Todo lo que tienes que saber sobre las viviendas en régimen de cooperativa | Fotocasa

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