Stop loss y take profit, tus aliados para invertir en bolsa

La inversión en bolsa no es apta para todos los inversores. Dependerá de su perfil de riesgo, o lo que es lo mismo, de su capacidad para tolerar los movimientos de los mercados, ya que no todo el mundo puede soportar el mismo nivel de volatilidad. Asimismo, otro de los consejos más repetidos cuando se elige la renta variable es que se cuente con un horizonte de inversión a largo plazo, que permita no necesitar el dinero durante un tiempo y no tener que vigilar el valor de las inversiones prácticamente a diario.

No obstante, para evitar esto e intentar ‘dormir algo más tranquilos’ tanto los inversores particulares como los gestores profesionales disponen de un mecanismo denominado stop loss, que permite establecer una barrera y, si se alcanza, la posición se deshace automáticamente. Es decir, si una acción baja hasta alcanzar el nivel que el inversor ha fijado previamente, el bróker venderá las acciones y deshará la posición.

Por ejemplo, si se compran acciones de una compañía que en ese momento cotiza a 30 €, se puede dar la directriz al bróker de establecer el stop loss en 20 €. Así, en caso de que la cotización cayera hasta ese precio, se ejecutaría el mecanismo y se venderían las acciones. En caso de que no se alcanzara, se seguirían manteniendo las acciones en cartera.

Take profit o alcanzar el precio objetivo

También existe el mecanismo a la inversa, que permite recoger beneficios cuando se considera que una compañía ha alcanzado su precio objetivo. A eso se le denomina take profit. Pero mejor ir por partes.

Se denomina precio objetivo a lo que un analista considera que debe valer una compañía en bolsa. Cuando una empresa cotiza por debajo de su precio objetivo se suele decir que está barata y cuando cotiza por encima, que está cara. Para realizar sus valoraciones, los analistas estudian diversas variables de las empresas, balances, flujos de cajas, perspectivas, etc. y basándose en ellas, realizan sus estimaciones.

En función de los precios objetivos que se consideren, también se pueden establecer mecanismos para recoger beneficios. Tomando el mismo ejemplo anterior de la compañía que cotiza a 30 €, se puede dar la orden al bróker de realizar el take profit en 40 €. De ese modo, si se alcanza esa cotización, se venderán las acciones y se materializará la plusvalía.

Con esta acción trata de evitarse que de repente la acción comience a bajar y finalmente no se consigan todos los beneficios potenciales. En fases alcistas de los mercados hay un dicho conocido entre los inversores, “el último euro, que lo gane otro”, ya que hacer market timing es muy difícil. El take profit viene a ser una suerte de herramienta que permite llevar esto a cabo.