Tipos de fondos de inversión que debes conocer

En el mercado puedes elegir de entre una gran variedad de fondos de inversión y no todos son iguales. Hay diferentes tipos de inversión en función de cómo y dónde invierten, e incluso dependiendo de qué hacen con los dividendos de las empresas en las que invierten.

Conocer las distintas tipologías de fondos de inversión te ayudará a tomar mejores decisiones financieras y evitar errores al invertir, como es el caso de no diversificar correctamente tu cartera.

La forma más habitual de clasificar los fondos de inversión es hacerlo según su vocación inversora, es decir, el tipo de activos en los que invierten. Pueden distinguirse entre fondos monetarios, de renta fija, renta variable y mixtos. De todos ellos hablamos a continuación para que tengas más claro cuál va a ser tu decisión.

Fondos monetarios

Son unos de los fondos más conservadores, ya que no tienen ningún tipo de exposición a renta variable. Sus inversiones se concentran en activos de renta fija muy líquidos con plazos de vencimiento inferiores a 18 meses, pero no en bonos convertibles ni canjeables. En otras palabras, priman los activos con gran liquidez y poca volatilidad. De este modo, el inversor tiene grandes opciones de que esos activos se conviertan en dinero en plazos inferiores a un año.

Por eso mismo, suelen utilizarse como inversiones de paso, es decir, el lugar donde dejar la liquidez cuando esperas encontrar oportunidades de inversión adecuadas a tu perfil. En definitiva, podemos catalogar a los fondos monetarios como aquellos que sirven de puente para mayores inversiones o que están destinados a inversores de naturaleza conservadora que no quieran arriesgar su capital.

Fondos de renta fija

Como su nombre indica, los fondos de renta fija invierten principalmente en los activos de renta fija —en sus diferentes vertientes y plazos—. Es decir, su cartera puede estar compuesta por emisiones de deuda corporativa (de empresas) o soberana (la que emiten los países).

Como norma general, cuanto menor sea el plazo de las emisiones, menor será el riesgo del fondo y su volatilidad. Así, un fondo de renta fija a corto plazo tenderá a ser más conservador y menos arriesgado que uno a largo plazo.

Además, también hay fondos especializados en deuda de países emergentes (más rentables y volátiles), en pequeñas empresas, en grandes empresas o “blue chips” (empresas estables y con un alto nivel de liquidez), en países desarrollados, etc.

Fondos de renta variable

En el lado opuesto se encuentran los fondos de renta variable. Este tipo de fondos se define por invertir en acciones.

Se trata de fondos donde lo que prima es la rentabilidad. Asumen más riesgo, pero también ofrecen beneficios potenciales mayores. No en vano, en el momento en el que se realiza la inversión se desconoce por completo cómo será la rentabilidad o si se recuperará el capital que se invierta.

Los fondos de renta variable se suelen clasificar en función del área geográfica, aunque hay otros tipos de fondos de esta categoría especializados en sectores concretos o que invierten solo en empresas de un determinado tamaño.

Fondos mixtos

Esta categoría mezcla renta fija y renta variable en diferentes proporciones. De hecho, este tipo de fondo es el que mejor tiende a adaptarse al perfil de cada inversor, ya que se puede escoger el rango de porcentaje de renta fija y variable en el que se invierte.

No es de extrañar que los fondos mixtos sean una opción muy utilizada, dado que aportan diversas ventajas al inversor, como es la capacidad de adaptarse con facilidad a cada perfil, dependiendo del riesgo que se quiera correr, de los plazos, de la cantidad de dinero, etc. A esto hay que añadir que permiten la inversión en activos muy diversos, lo que incrementa mucho las opciones y también reduce el riesgo.

Fondos de distribución y fondos de acumulación

Esta clasificación de fondos está relacionada con los dividendos de las empresas en las que se invierte. Por un lado, los fondos de distribución o fondos de reparto distribuyen el dividendo entre los partícipes (de ahí su nombre), mientras que, por otro, los fondos de acumulación los reinvierten.

Por lo tanto, los primeros se pueden usar con el objetivo de generar rentas periódicas. Su funcionamiento es el siguiente: se acumulan los dividendos pagados por las empresas donde se ha invertido, así como en otros cupones de renta fija y, como hemos apuntado, se reparten entre los partícipes en los plazos estipulados.

Otros tipos de fondos

Además de estos, hay otros tipos de fondos de inversión como los ETF, que funcionan como acciones; los Hedge Funds, que forman parte de los fondos de retorno absoluto: o los REIT o fondos de inversión inmobiliarios, por poner algunos ejemplos.

En nuestro apartado de fondos de inversión podrás hacerte una idea de la gran variedad de fondos que tenemos en Openbank. La ventaja es que no tienes por qué escoger solo uno. De hecho, una de las reglas de oro de la inversión es diversificar y una gran forma de hacerlo es contar con varios fondos de inversión en cartera.

Ten en cuenta que toda inversión conlleva riesgos, incluido ausencia de rentabilidad y/o pérdida del principal invertido.

Antes de contratar consulta el nivel de riesgo y la información de cada uno de los Fondos de Inversión y ETFs comercializados por Open Bank, S.A. detallados en el Folleto Informativo o Documento de Datos Fundamentales para el Inversor (DFI) de cada uno de los Fondos de Inversión y ETFs, disponible en www.openbank.es y www.cnmv.es.

Este artículo ha sido redactado sin ánimo de exhaustividad y con efectos meramente informativos, sin que el mismo suponga ningún tipo de asesoramiento o recomendación por parte de Open Bank, S.A. Para confirmar la información acuda a fuentes de información oficiales o consulte con un profesional. Open Bank, S.A. declina cualquier responsabilidad por la emisión del presente artículo.

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